Nada está escrito

Nada está escrito

martes, 27 de abril de 2010

Una lágrima; más allá de una gota con sal

Y aveces pasa que apenas se termina un día, simplemente deseamos que ese nunca hubiera ocurrido. Hay tanto acumulado adentro, que se necesita más de una lágrima para que por lo menos nuestros ojos demuestren lo que hay dentro de nosotros.
Una lágrima que baja por una mejilla, es mucho más que una gota de agua con sabor salado. Un llanto es mucho más que un par de ojos hinchados y húmedos.
La sal no es el sabor preferido de muchas personas, tampoco lo son las lágrimas. Quizás si lloráramos de felicidad, estas lágrimas tendrían un sabor dulce.
A muchas personas no les gusta llorar. Por pena, por ser hombres, por que hay gente, porque no la hay, porque no tienen pañuelo, porque si, porque no.
En cambio, para otras tantas personas es hasta necesario llorar, para mí lo es. Dentro de esa gota húmeda, la sal parece ser aquella sustancia que se lleva lo salado, lo triste y lo amargo de mi. Se lleva lo que se tiene que llevar, y todo eso se queda en el silencio, en la almohada, en un pañuelo, en el cuarto, en una chaqueta, en el hombro de un amigo.

Si los seres humanos podemos saltar, saltemos. Si podemos gritar, gritemos. Si podemos sonreír, sonriamos. Si podemos llorar, lloremos.

sábado, 24 de abril de 2010

Una tecla: una nota, una letra


"Soy un piano" me dice, "Soy un piano, que no habla tu mismo idioma, pero que sabe exactamente lo que quieres, lo que eres y lo que necesitas. Un piano que sabe mejor que muchos expresar lo que hay dentro de ti".
Es un piano viejo en mi sala. Un piano desafinado, con varias teclas dañadas, le falta una que otra cuerda, y al que le cruje la madera cada vez que se le toca una tecla. Un piano rebelde, el cual intenta negarse a ser afinado completamente. Un piano prudente, el cual sabe siempre el correcto momento para callar y el correcto momento para hablar. Un piano amigo, al que siempre que le hablo sabe como escuchar y como responder.


No se tocar piano, nunca he tomado clases, nada de técnica, no se la manera correcta de hacerlo, pero sin embargo, lo toco. Apenas se leer las partituras, los símbolos, rayas y puntos son aún un idioma extraño para mi, pero sin embargo las leo.
Pasa igual cuando escribo, nunca antes lo he hecho, no se como se hace, no se si lo hago bien, no se donde escribir, pero sin embargo, lo escribo.

Los dedos de mi mano parecen moverse casi sin darse cuenta apenas los pongo sobre las teclas de marfil de aquel viejo piano; igual que cuando escribo. Es así como han salido varias melodías de mi cabeza, es así como se me clavan las palabras que escribo en este lugar, es así como me libero, es así como me renuevo.
Siento que pierdo peso, cuando suena una nota; cuando se escribe una letra, cuando sale una melodía; cuando una frase que escribo parece tener el sentido que busco.

Las palabras, las notas, los símbolos musicales, las tildes, los pedales, el teclado...

Soy música, soy palabras...

domingo, 18 de abril de 2010

Qué necesito?

Necesito un algo. Un algo para salir de nuevo. Un algo que me parta de nuevo la vida en 2, como alguna vez pasó...
Dónde lo busco? Dónde lo encuentro?
No quiero olvidar, pero si quiero recordar de otra manera. Quiero sentir para dejar de sentir. Quiero algo nuevo en que pensar.
Por otra parte, algo más parece que se evapora en el silencio, silencio porque ese algo parece no darse cuenta de lo que está haciendo; y silencio porque nadie más a mi alrededor sabe que eso se está extinguiendo también.
Hay un pensamiento clavado, clavado, clavado...
Un clavo saca a otro clavo, pero necesito encontrar un nuevo clavo.

Pensar para dejar de pensar.
Sentir para dejar de sentir.
Soñar para seguir soñando.
y ya...

domingo, 4 de abril de 2010

No todos los huecos en el suelo se llenan con tierra

Aunque lo intente y lo intente, realmente poco logro. Hay cosas que parece que nunca saldrán de nuestra cabeza, de la mía. Los recuerdos parecen no ser siempre la mejor compañía, y últimamente estos sí que han sabido apoderarse de mi cabeza.
Y quién dijo que los recuerdos no duelen...
Es como si abriéramos un gran hoyo en el suelo para enterrar algo, y por más de que le pongamos tierra y tierra encima, siempre se va a ver en la superficie.
También pasa que hay cosas que parecen alimentar esos recuerdos. Siempre, por más sencillo que sea, algo los activa en mi cabeza. Algo los trae, y en el mismo instante empiezo a sentir de nuevo, a recordar de nuevo, a pensar de nuevo, a intentar olvidar de nuevo.
Trato de echarle tierra a los recuerdos; vivencias nuevas para espantar las viejas. Poco funciona. Además por querer olvidar, parece que también me equivoco. Gran error, ahora por culpa de eso, tendré que poner cada vez más cosas en el hueco. Creo ahora que si se desea olvidar, toca esperar no apresurarse a hacer cosas que realmente no valen la pena hacer.
Pienso ahora que no se trata de olvidar, sino de que llegue el día en que esos recuerdos se puedan ver de una manera diferente. Ahora solo queda esperar ese día.

Los recuerdos son para olvidarlos?